Hace un mes, cuando aún rondábamos por la noche los -5 grados, empecé a planificar el huerto de verano. Al calor de la calefacción de casa, planté varios cientos de semillas de pimientos y berenjenas, sobre un substrato mezcla de compost y estiércol muy curado.
Este es el resultado de un mes de mimos, unas preciosas plantas que seguramente este fin de semana repique y trasplante una a una,en macetas biodegradables de celulosa.
Hasta que las pasen definitivamente al huerto (espero que a mediados de abril), estarán un tiempo en el invernadero junto al semillero de tomates, pero esto queda para otra entrada.
Un saludo.
