28.9.09

Nuevo ciclo.

Las lluvias de la semana pasada asentaron la tierra del huerto y la dejaron algo más pesada, perfecta para poderla labrar sin levantar polvo. Así que este fin de semana he pasado el motocultor a un pequeño bancal de algo más de 200 metros cuadrados, en los que hoy he plantado acelgas, espinacas, rábanos, zanahorias, cebollas, lechugas y perejil.
Con todo lo sembrado no he cubierto ni la mitad de lo labrado, así que me estoy planteado esperar unos días y volver a sembrar de nuevo en este espacio libre las mismas verduras, para escalonar un poco la producción.

Mientras tanto los pimientos de padrón no dejan de florecer y de dar frutos. Cuanto más les quito, más producen.


Como adelanto de lo que espero sea un magnifico otoño de setas, he encontrado estos botones de agrocibe, que para finales de esta semana van a terminar fritos con ajos y jamón. Será cuestión de ir viendo si han salido ya las setas de cardo, mientras que espero a los niscalos, pinochillas, agaricus, boletus, colmenillas ...


18.9.09

El fin del verano.

Ahora si, parece que ya está aquí el otoño, ayer recogí 45 litros en el pluviómetro y el huerto más que un huerto es un chortal. Con temperaturas de 13 grados a las 8 de la tarde, las hortalizas ya empiezan a sentir el cambio de estación, a excepción de los pimientos que no dejan de florecer, de dar fruto y que ya sobrepasan mi metro noventa de altura.
Con esta últimas lluvias han empezado a caerse al suelo los higos más maduros, haciendo las delicias de zorros y garduñas que se dan todas las noches un festín con la fruta caída. Es materialmente imposible comerse toda la producción de las cinco higueras, una blanca, dos brevales, una patona y una muñigal.

Ya se están endulzando las aceitunas de cornezuelo y pronto empezaremos con los caquis. Las ardillas, como todos los años, le están dando fin a las nueces y este fin de semana si el terreno no está muy pesado con el agua de las últimas tormentas plantaré lechugas, zanahorias, rábanos y cebollas.

1.9.09

Invernadero.

Es curioso ver cómo los días se van acortando y aun estando todavía en verano, ya empieza a refrescar bastante en la sierra por la noche. Cuando menos nos queramos dar cuenta estará de nuevo aquí el frío, los hielos, la nieve y aunque el huerto sigue produciendo hortaliza prácticamente hasta el mes de noviembre, dos meses más de tomates, pimientos, pepinos y berenjenas, me parece poco. Así que en nuestro afán de robarle días al invierno hicimos un pequeño invernadero de algo más de 35 metros cuadrados.
La parte delantera que está orientada al sur, nos servirá de solarium en invierno. A continuación cinco calles se hortaliza regadas por goteo. Y al final el semillero.

Los tomates los he plantado directamente de esqueje y por ahora están muy bien, tanto que ya han empezado a florecer y a dar fruto.

Por ahora hay sembrados pimientos, guindillas, tomates, pepinos y habicholillas, que ocupan algo más de la mitad del invernadero, el resto de espacio libre se irá sembrando poco a poco.